- Distancia: 75,76 km.
- Desnivel acumulado: 2.162 m.
Llegó el último capítulo de esta aventura, el desenlace a esta historia que comenzó muchos meses atrás.
Como si escrito por un retorcido guionista de cine se tratara, parece que para que esta aventura alcance los tintes de épica, es necesario siempre dar una vuelta de tuerca más, y que las cosas se compliquen. Anoche pasé una noche horrible, con fiebre alta, sudores y dolor de garganta y oídos.
He amanecido hecho un despojo humano. Esos típicos días que todo el mundo alguna vez ha tenido, con gripe, fiebre, te duelen los oídos, la garganta y tienes el cuerpo que parece como si hubieras estado haciendo de sparring de Mike Tyson. De esos días que no puedes hacer otra cosa que quedarte en la cama drogándote todo lo que puedes. Pues así, pero no me queda otra que subirme a la bici de nuevo. Mejor no pensar.
De izda. a dcha: Jose, Paco, Manolo, Antonio, Yo y Dani en la salida de Trento.
El día ha amanecido lloviendo a ratos. Pero ya, sea como sea, "sólo" 75 kilómetros y 2.162 metros nos separan de cumplir nuestro reto.
Comenzamos la etapa, a pesar de la situación estoy animado, pero enseguida la fiebre se encarga de ponerme en mi sitio: me pongo a sudar como nunca en mi vida, y veo como bikers y bikers me adelantan irremediablemente. Bikers de todas las condiciones y niveles me parecen hoy Migueles Indurain. Me es imposible hacer otra cosa que no sea poner el plato pequeño y piñones muy altos y verlos alejarse: hoy esa no es mi guerra. Poco a poco me he voy quedando en los últimos puestos de la carrera.
Y en estas condiciones me quedan 70 kilómetros por delante!! ...hoy va a ser un día muuuy largo. Empiezo a echar números de tiempos en mi cabeza. Mi único temor ahora mismo es entrar hoy fuera de control, fuera del tiempo establecido para la etapa, y no poder ser Finisher después de todo lo sufrido. Pero los números me dicen que por mal que vaya, a partir del kilómetro 50 el terreno es favorable. Creo que puedo arrastrarme hasta el kilómetro 50. Cuantos cálculos se echan cuando uno va tan mal!!
Cada subida es un verdadero infierno, voy a un ritmo casi parado. De hecho a ratos, aunque no me gusta, me bajo de la bici para desconectar un poco. Total, voy a la misma velocidad andando que montado. Estoy con los sudores de la muerte, y sin nada absolutamente de fuerza, completamente vacío.
Cuantos pensamientos pasan por mi cabeza, mientras cabizbajo, el suelo pasa tan despacio bajo mi bici, mientras veo las gotas de sudor caer lentas. Cuantas conversaciones pasan por mi cabeza. "Hablo" con personas queridas para mí, sobre todo con una muy especial. Oigo sus palabras nítidas. Oigo sus ánimos. Ambos sabemos que no soy especialmente bueno en esto, pero eso nunca se nombra, ni siquiera me deja hablar cuando alguna vez mi autoestima baja, siempre me habla como si fuera un campeón y me demuestra admiración, resaltando mi tenacidad y constancia. Y me hace sentir bien. Me emociono, aquí, en solitario, entre estas extrañas montañas, tan lejos de casa, viendo las gotas de sudor caer lentas.
En la segunda subida, Dani se queda para acompañarme a partir de aquí. Va de paseo, haciendo equilibrios sobre la bici para poder ir a mi velocidad, observando la dantesca escena. Pienso: Vamos Juankar, ya han pasado 20 kilómetros, ya queda menos.
En esta segunda subida me adelantan una pareja de chicos majísimos que hemos conocido estos días, el es madrileño y ella mejicana, siempre van entre las últimas posiciones y los vemos llegar a meta otros días cuando nosotros ya estamos duchados y hemos llegado hace horas. Tienen mis más absoluta admiración. Saben sufrir y por encima de todo, siempre conservan el buen humor. Siempre. Su ritmo no será alto pero les lleva allá donde se proponen, y no en vano, su "currículum" lo dice todo: han completado y disfrutado la TransGermany alemana, La BC Bike Race en Canadá, El reto de los volcanes en Costa Rica, y un largo etcétera. Impresionante.
En esta ocasión me adelantan y no puedo seguir su ritmo, me empiezo a encontrar fatal con la fiebre, y el dolor de cabeza. Aprovecho y les pregunto si llevan algún Paracetamol o similar. Me dicen que sí!!. Gracias amigos. Me han dado la vida.
Me tomo el Paracetamol y al poco, parece que los sudores han parado un poco y me encuentro mejor. Tengo que aprovechar esta inyección de salud para intentar subir un poco el ritmo en la última subida y quitármela cuanto antes. Me autoengaño pensando que la carrera realmente termina en el kilómetro 50, ya que luego todo será "dejarse llevar" hasta meta.
Parada para una foto en un precioso lago
Antes de culminar la última subida, Dani me da un gel con cafeína, a ver si "espabilo". Voy subiendo un pelín mejor, logro alcanzar y adelantar a mis ángeles de la guarda del Paracetamol, a un par de equipos Israelís más, y llegamos al avituallamiento. Donde están ya recogiéndolo.... uff... si que vamos atrás hoy!
Afrontamos la bajada! Sólo pensar que vamos a lograrlo me hace ir animado, bajamos Dani y yo juntos y bastante bien. De repente, a falta de veintipocos kilómetros a meta nos encontramos un tapón enorme, con unos 50 bikers parados. En una bajada rápida de hormigón rallado en mitad de un bosque, ha habido un accidente. Allí llevan por lo visto un buen rato los médicos y llega el helicóptero para evacuar. Tiene mala pinta la cosa.
Nos juntamos con una pareja (mixta, como la Mahou) de catalanes muy majos que hemos conocido estos días y con Manolo y Antonio (Ratas del Desierto). Según nos informan, una chica se ha despistado y se ha caído, dando con la cabeza en el hormigón, por lo visto se ha destrozado la cara y los dientes.
Tras la evacuación, nos han dado vía libre, y hemos pasado junto a un charco de sangre. Un charco que indica un sueño frustrado a falta de una veintena de kilómetros. Le envío toda la fuerza posible y espero que se recupere y todo quede sólo en un susto. Y si lo desea, pueda volver otro año, a completar esta aventura.
La verdad es que estas cosas dejan muy mal rollo en el cuerpo. Te bajan de golpe a la realidad, y los tiempos, el estado de forma, la fiebre, el sufrimiento pasan a ser cosas banales, a un segundo plano.
Ahora en un grupo tan numeroso, afrontamos los nerviosos kilómetros de llaneo finales. Dani se pone a tirar, pero a un ritmo, excesivamente elevado para el estado de salud que estoy. Bueno, para el mío y para el de muchos, porque se va junto con los que se encuentran más fuertes de este grupo, quedándonos el grupo más numeroso por detrás.
Las Ratas del Desierto me acogen, y me llevan a rueda con ellos, vigilando en todo momento que no me quede. Antonio parece que va con las fuerzas justas también, y Manolo va tirando de nosotros. Me encuentro mejor que kilómetros atrás y en ocasiones puedo darle tímidos relevos. Junto con nosotros, también el matrimonio de catalanes (mil perdones, pero no recuerdo los nombres). Entre tanto "guiri" rodador, hemos "hecho patria" y vamos "cuidando" unos de otros, ofreciéndonos rueda y vigilando que ninguno se quede.
Más adelante, Dani ha parado el ritmo para que contactemos con él. A partir de ahí, se produce la asociación Ratas-Jabalís y Manolo y Dani van turnándose tirando, mientras Antonio y yo vamos como podemos a rueda, sin dar un relevo y a un ritmo que nos cuesta no quedarnos descolgados. He debido recuperarme algo, porque puedo ir con el plato grande y aguantar más o menos cómodo a rueda.
Ahí esta la meta! Dani! No me lo puedo creer!! Dani, lo hemos conseguido!. Otro día histórico para el Jabalís Team!!
Cruzando la soñada meta de Riva del Garda
Lo hemos logrado Jabalí !!
Nada más cruzar la meta y celebrarlo con Dani. Una mezcla de emoción y liberación me embarga.
Se me escapa una frase en voz alta a la persona que ha estado siempre presente en este reto, desde el principio, día y noche: "Lo he conseguido. Lo he conseguido".
Cierro los ojos y mi cabeza viaja a miles de kilómetros de allí. "Hablo" en mi cabeza con esta persona, y unas lágrimas se me escapan. Buff!. Es una liberación de tensión muy grande. Llevo una etapa de una carga emocional muy alta a nivel personal como ya comenté antes de venir aquí. Una tensión que se ha entremezclado inevitablemente con esta TransAlp, y que me ha hecho centrarme por todos los medios en llegar a completar esta aventura, en cumplir una promesa en mi cabeza, por encima de cualquier cosa, y, a mi manera, demostrarle a esa persona y a mi mismo, que todo, absolutamente todo, puede conseguirse. Este reto es tan suyo como mío.
Cierro los ojos, y mi cabeza vuela a miles de kilómetros de allí...
Con unos kilos de menos, unas ojeras de más y febril: Conseguido.
Ver la cara de las otras parejas de compañeros de aventura, especialmente las de Antonio y Manolo (Ratas del desierto) abrazándose, hace que sea imposible no dibujar una sonrisa contagiosa. Nos abrazamos todos, estamos en un estado emocional que es difícil de describir. Creo que a todos se nos agolpan innumerables sensaciones en nuestras cabezas.
Las Ratas del Desierto (Almería): Manolo y Antonio: Finishers!. Unos cracks.
Momentos con la emoción a flor de piel.
Aquí estamos 8 etapas y 22.000 kilómetros después. Lo hemos conseguido!
Recogemos nuestro merecido maillot de Finishers y nuestra medalla, y lo regamos con cerveza.
Jabalís Team: Finishers!
La ya clásica foto del Jabalís Team. Espero que mordamos muchas más medallas.
En este precioso escenario termina la aventura.
Imagen del espectacular Lago Di Garda
Comemos, hacemos todos los trámites de lavar bici, embalarla, etc. y ya por la noche, todos los equipos liberan tensiones en una fiesta multinacional. La alegría de la aventura cumplida no tiene fronteras. La fiebre me impide ir a la fiesta. Ceno algo y me marcho a mi colchoneta a terminar de escribir estas últimas líneas en mi cuaderno de viaje.
Gracias a todos aquellos que me habéis permitido compartir vuestros sueños y haceros partícipes de los míos.
Otras aventuras, otros retos, de diferentes índoles, llegarán, pero ahora, a asimilar todas las sensaciones vividas, todas las experiencias. Porque cuando uno se embarca en una gran aventura, siempre es otra persona diferente la que vuelve.
Espero, allá por donde he ido y con la gente que he convivido, haber dejado una buena huella. Al menos, cercana a la que han dejado en mí.
Juankar.
ST,SM,SN.
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